E l   S e r m ó n   d e l   M o n t e.

 

¿ES  PARA  LA  IGLESIA  DE  HOY?

 

¿El Sermón del Monte es para los Creyentes de la Edad de la Iglesia?

La  Respuesta  a  esta  Pregunta  es  “SI”  y  “NO”.

 

 

¿El Sermón del Monte es para los Creyentes de la Edad de la Iglesia?

 

¡¡¡¡ SI !!!!

 

1) Es provechoso para nosotros.

 

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17). Toda Escritura, incluyendo Mateo 5-7, es provechosa para el creyente. No nos atreveríamos a decir que Deuteronomio no tiene utilidad alguna para los creyentes hoy en día. No osaríamos decir que los Salmos o los Proverbios no son provechosos para los creyentes de hoy. Del mismo modo, ¿cómo podríamos jamás decir que el Sermón del Monte no es provechoso para nosotros? Dios lo ha incluido en Su Palabra, y todo en la Biblia es de inmenso valor para nosotros. ¡Gracias a Dios por ello!

 

2) Debe ser predicado.

 

“Predica la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Timoteo 4:2). “Porque no  he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27). Toda la Palabra debe ser predicada, incluso el Sermón del Monte. Los dispensacionalistas han sido conocidos por predicar expositivamente la Palabra de Dios, predicando a través de los libros de la Biblia versículo por versículo (1). Cuando predican a través de Mateo, no se saltan los capítulos cinco al siete. Toda la Palabra de Dios es importante. El hombre debe vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4).

 

3) Es precioso y valioso.

 

El Sermón del Monte contiene invaluables joyas espirituales que deben ser preciosas para el corazón de todo creyente. Hay valiosas aplicaciones espirituales en las Bienaventuranzas (5:1-12), en la oración modelo (6:9-15), en el pasaje de la innecesaria ansiedad (6:25-34), y en la parábola de los dos cimientos (7:24-27). Qué amante de la Biblia puede negar la hermosura de versículos como los siguientes:

 

 

 

Debemos guardarnos de la aproximación ultradispensacionalista que dice que solamente las epístolas de la prisión son de algún valor para nosotros. Los verdaderos dispensacionalistas son conocidos por su amor a toda la Biblia. Desde siempre han reconocido las riquezas espirituales que se encuentran en el Sermón del Monte. La Biblia de Referencia Scofield original (1909) establecía que el Sermón del Monte “tiene una hermosa aplicación moral para el cristiano” (p.  1000). Un antiguo dispensacionalista, Arno Gaebelein, dedicó dos páginas para rebatir la enseñanzas de aquellos que rechazaban considerar que el Sermón tuviera relación alguna con los cristianos, como si “no tuviera ninguna aplicación para ellos y el creyente pudiera permitirse pasarlo enteramente por alto y no preocuparse por ello” (El Evangelio de Mateo). Demuestra fervientemente que los cristianos pueden encontrar valiosas aplicaciones en el Sermón. En cuanto a las Bienaventuranzas, Gaebelein dice, “las bendiciones en ellas son maravillosas en su alcance e inagotables en su significado” (p.112). John Walvoord dice que el creyente cristiano no debe dejar de lado el Sermón como si no fuera importante:”Sin duda, el Sermón del Monte establece definidas declaraciones de las enseñanzas de Cristo, y no debe ser dejado de lado livianamente por innecesaria censura, que lo relegaría a ser una verdad poco importante” (Mateo—Venga Tu Reino). El Sermón del Monte contiene verdades que son preciosas y valiosas y de extrema importancia para todo hijo de Dios. Nunca descuidemos esta porción o cualquier porción de la Palabra de Dios.

 

4) Contiene principios que son para todos los santos en todos los tiempos.

 

Hay algunas cosas que son verdad para todos los santos, no importa en qué tiempo vivan en la tierra.

 

Algunos ejemplos:

 

 

5) Contiene verdades trans-dispensacionales, verdades que atraviesan todas las dispensaciones.

 

Algunos ejemplos:

 

 

CONCLUSIÓN: El Sermón del Monte es una valiosa porción de la Palabra de Dios que debe ser preciosa para toda persona que ama la Biblia. Sus principios espirituales cambian la vida y sus verdades eternas son para todas las generaciones.

 

Pero esta pregunta tiene otro lado:

 

 

¿El Sermón del Monte es para los Creyentes de la Edad de la Iglesia?

 

¡¡¡¡  NO  !!!!

 

 

1) El Señor dio este sermón a los judíos, no a la iglesia.

 

La Iglesia aún no existía en el tiempo en que fue dado este sermón (ver el estudio, ¿Cuando empezó la Iglesia?) Era un mensaje dado a los judíos antes de la cruz, en el cual se les decía que el reino se había acercado (Mateo 4:17).

 

Podemos entender porqué los hombres reformados creen que el Sermón fue entregado a la Iglesia. La teología reformada enseña que la Iglesia se compone de todos los santos de todas las edades. Por ello enseñan que la Iglesia existía en el período del Antiguo Testamento y que la Iglesia existía durante el tiempo del ministerio terrenal del Señor. Ellos creen que hay un solo pueblo de Dios, y que, por ello, el Sermón se aplica igualmente a este un pueblo de Dios, sin importar cuando vivan sobre la tierra.

 

2) El Sermón no expone verdades distintivas de la iglesia.

 

El Sermón contiene verdades que son provechosas y preciosas para la Iglesia, pero no verdades específicas para la Iglesia. Verdades específicas para la Iglesia se encuentran en el discurso del Aposento Alto (Juan capítulos 13-17) y en las epístolas del Nuevo Testamento. No nos sorprende, por lo tanto, que el Sermón del  Monte guarde total silencio acerca de las siguientes verdades, que fueron reveladas posteriormente a la Iglesia por medio de los apóstoles y profetas:

 

 

En vista de esto, estaría mal llamar al Sermón del Monte la Carta Magna de la vida cristiana. Sería mucho más apropiado dar tal título a Romanos capítulo 6-8 o al libro de Efesios.

 

Arno Gaebelein hizo las siguientes acertadas observaciones: “No podemos poner dentro del discurso exclusivamente enseñanzas para la iglesia y decir que todo lo que aquí se enseña es aplicable a la iglesia y que es una guía para la iglesia, como algunos dicen. Si el Señor hubiese tenido en mente a la iglesia y su llamado y carácter celestial, el lugar dado al discurso estaría muy mal. El Señor menciona a la iglesia por primera vez en el capítulo dieciséis, y si hubiese hablado estas palabras después del capítulo dieciséis, podríamos decir que encontramos en ella a la iglesia….. No aquí (en el Sermón del Monte), sino en las epístolas, escritas después de la muerte, resurrección y ascensión de nuestro Señor Jesucristo y después de la venida del Espíritu Santo desde el cielo, encontramos todo acerca de la iglesia. La Magna Carta de la iglesia se encuentra en las epístolas de Pablo, a quien se le entregó la completa revelación acerca de la iglesia. De esta mala interpretación han surgido una buena cantidad de errores” (El Evangelio de Mateo).

 

3) El propósito del Sermón no era revelar verdades acerca de la iglesia.

 

El propósito del Sermón no era revelar verdades acerca de la iglesia, sino condenar a los judíos y mostrarles que no estaban preparados para entrar en el reino que se anunciaba “estar cerca”(3). El versículo clave para entender el propósito del Sermón es Mateo 5:20—“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”. Los judíos estaban entusiasmados con la esperanza del reino. Estaban encantados con los beneficios materiales que les prometía. Acababan de ver los milagros de sanidades del Señor y estaban asombrados (Mateo 4:23-25). Como resultado, lo seguía una gran multitud (Mateo 4:25).

 

Esto nos recuerda Juan 6, cuando los milagros de sanidad del Señor (v. 2) y el milagro del Señor al alimentar a una multitud (v. 5-14), incitaron a la multitud a querer tomar a Jesús por la fuerza para hacerle su rey (v.15). La idea de tener un rey que eliminaría las enfermedades y las dolencias y que sería capaz de alimentarlos, era ara ellos muy atrayente. El problema era, sin embargo, que ellos no estaban espiritualmente preparados para ese reino. Cuando el Señor Jesús les dijo que les era necesario tener una relación personal con Él basada en Su muerte, perdieron el interés y se fueron (Juan 6, segunda mitad del capítulo).

 

En Mateo 4, fue anunciado que el reino estaba muy cerca (Mateo 4:17 y comparar 3:2). Más aún, el Rey estaba personalmente presente entre ellos. Sus milagros de sanidades (Mateo 4:23-25) demostraron que Él era efectivamente el Mesías (comparar Isaías 35:5-6). Grandes multitudes lo siguieron por causa de los milagros de sanidades (Mateo 4:25). En vista de estas multitudes, el Señor reunió a Sus discípulos para instruirles acerca de los requisitos espirituales que eran necesarios para entrar en el reino (ver Mateo 5:1). Probablemente es mejor entender a estos “discípulos” en un sentido más amplio, incluyendo a muchos más que los doce, que después son nombrados en Mateo capítulo 12. En Mateo 5:1 el término “discípulos” es probablemente un término general para aquellos que seguían a Cristo, similar a la manera en que el término “discípulos” es usado en Juan capítulo 6 (ver versículos 60, 61, 66), donde se incluyen muchos más que los doce. Incluso, incluye a discípulos que luego “se volvieron atrás y ya no andaban con Él” (v.66). Estos eran discípulos inconversos (compare Juan 64-65). El Sermón del Monte estuvo dirigido a tales seguidores de Cristo. El principal propósito del Sermón era exponer la justicia que era necesaria para ser apto para entrar en el reino.

 

El Sermón es de carácter legal. Su propósito, tal como la ley, es convencer y condenar. Por medio de la ley es el conocimiento del pecado (Romanos 3:20), es decir, por medio de la ley llego a saber cuan pecador soy. Por el Sermón del Monte es el conocimiento de la injusticia. Por medio del Sermón los discípulos podían darse cuenta cuán injustos eran y cuan inadecuados eran para el reino. En cierta forma, el Sermón era aún más condenatorio que la ley. El judío podría decir, “Nunca he cometido adulterio”. Pero Jesús dijo, “¿Has codiciado a una mujer en tu corazón?”  El judío podría decir, “Nunca he asesinado a nadie”. Pero Jesús dijo, “¿Has estado enojado con tu hermano?” Ver Mateo 5:21 y siguientes.

 

Para ver cuán condenatorio es el Sermón, considere las siguientes preguntas personales:

 

 

  1. ¿Alguna vez ha sido culpable de enojo pecaminoso? (5:22).
  2. ¿Alguna vez ha mirado a una mujer para codiciarla? (5:28)(4).
  3. ¿Alguna vez ha alcanzado perfecta norma de Dios? (5:48).
  4. ¿Alguna vez se afana? (6:25-34).
  5. ¿Siempre pone a Dios en primer lugar? (6:33).
  6. ¿Alguna vez se olvida de sus propias faltas? (7:1-5).
  7. ¿Vive siempre de acuerdo a la regla de Mateo 7:12?

 

Un judío honesto tendría que admitir ésto: “Señor, yo no logro alcanzar la justicia que tu requieres. Estoy espiritualmente quebrado (compare Mateo 5:3) y estoy totalmente incapacitado y soy indigno de entrar en Tu reino. Señor, ten misericordia de mí, un injusto pecador”. Tal judío está aprendiendo que carece de la justicia requerida y que por ello debe buscar SU justicia (Mateo 6:33).

 

CONCLUSIÓN: El Sermón del Monte fue dirigido a los judíos que seguían a Cristo y que habían visto sus asombrosos milagros. Habían sido enseñados por Juan el Bautista y por el Señor mismo que el reino prometido por los profetas estaba cerca. El Señor, en este Sermón, explica la clase de justicia que era necesaria para estar en condiciones de entrar en el reino. El Sermón era legal en su carácter y condenatorio en su efecto. Aunque el evangelio no es revelado en este Sermón, el Señor dejó en claro que la solución para aquellos que carecen de la necesaria justicia se encuentra no en ELLOS MISMOS, sino en SU JUSTICIA (Mateo 6:33). Por ello, la primera bienaventuranza (Mateo 5:3) muestra la bendición de las personas que reconocen su propia ruina espiritual.

 

El Sermón no fue dirigido a la Iglesia (aunque ciertamente había algunos en la audiencia que posteriormente llegarían a ser miembros del cuerpo de Cristo). No expone verdad para la iglesia. La revelación de la verdad respecto a la iglesia y la verdad acerca del misterio, vendrían después, con Pablo como el principal instrumento de Dios para comunicar esta revelación. Nada hay en este Sermón que exponga las verdades distintivas de esta Edad de la Iglesia. Hay mucho en este Sermón que es provechoso y precioso para el corazón de todo creyente de la Edad de la Iglesia que ama la Palabra infalible de Dios.

 

Una antigua cita digna de ser repetida:

 

“En nuestros días, más que nunca, observamos un asombroso mal uso del Sermón del Monte. Lo más triste es que predicadores de varias denominaciones evangélicas caen en él, como que fuera el documento más importante de la cristiandad; parece que para ellos llega a ser cada vez más el evangelio, y las consecuencias son que, en nuestros tiempos, escuchamos más predicación ética, más acerca de llegar a ser mejor, hacer el bien, perfeccionarse a sí mismo, etc. que nunca antes. Requeriría mucho tiempo y mucho espacio mostrar todos los errores que brotan de esta aplicación. Es el evangelio de las obras y la evolución. Al hacer ésto, hay menos predicación acerca de la total corrupción del hombre, su condición perdida y su completa incapacidad de ser justo (lo que el discurso establece con claridad), y de la salvación de Dios en nuestro Señor Jesucristo, la absoluta necesidad del nuevo nacimiento, la recepción de la vida eterna, la nueva naturaleza. En la medida en que las enseñanzas de la Epístola a los Romanos han sido y son abandonadas en la cristiandad, la errada aplicación de este discurso en Mateo ha aumentado. Hay, por lo tanto, un continuo incremento en la enseñanza de elevar al hombre desde su condición perdida hacia una esfera superior, por medio de una enseñanza ética tomada del Sermón del Monte. Esto se hace bajo la moda de un cristianismo social, unión de adoradores, la paternidad de Dios y la hermandad de los hombres…. Ciertamente, si los predicadores evangélicos continúan avanzando en esa horrible dirección, sustituyendo la salvación por medio de la preciosa sangre del Señor Jesucristo por enseñanzas éticas, y declaran, como no pocos lo han hecho, que el Sermón del Monte es una Biblia suficientemente extensa para nosotros, una general apostasía de la fe será pronto alcanzada”.

 

 

--Arno Gaebelein, El Evangelio de Mateo.

 

 

Testimonio Personal.

 

Durante todos los años de mi niñez, hasta los 18 años de edad, asistí fielmente a una iglesia protestante, donde el gran énfasis era la vida y el ministerio terrenal de Cristo. El Sermón del Monte recibía una gran relevancia. Regularmente nos enseñaban las Bienaventuranzas, la Regla de Oro, etc. El problema era que durante todos esos años y después de escuchar cientos de sermones semanales, nunca escuché el verdadero evangelio. Nunca se me explicó el significado de la muerte de Cristo. Nunca se me dijo nada acerca de mi total pecaminosidad ante un Dios santo. Nunca se me dijo algo acerca de la necesidad de nacer de nuevo (Juan 3:7). Nunca fui advertido acerca del juicio futuro y la realidad del infierno. En resumen, nunca se me dijo cómo ser salvo. Recuerdo una canción escrita por Theron Babcock acerca del movimiento ecuménico: “Siempre hablan acerca de la Regla de Oro y el Sermón del Monte, pero si acaso alguna vez has nacido de nuevo, parece no tener importancia. Se que todos mis pecados han sido perdonados y voy camino al cielo. Mi confianza está en el Señor, y no en el movimiento ecuménico”.

 

En 1972 asistí a la Universidad Wesleyana, donde conocí a un estudiante de primer año que creía en la Biblia y conocía a Cristo como a su Salvador personal y por medio de su testimonio fui salvo. Poco después de ser salvo, escribí una canción y que contiene algunas de estas palabras:

 

“Muchos hablan de Jesús, de Su vida y ministerio: les gusta pensar en Sus sermones; era un gran Predicador; pero yo me vuelvo a la cruz, donde mi Salvador murió por mí. Que nunca me avergüence del Calvario y de mi Redentor crucificado. Que los redimidos del Señor lo digan, que canten las alabanzas de Su Nombre. Proclamemos la historia del Salvador, que todo santo anuncie Su mensaje. Es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Que nunca me avergüence del Evangelio: Cristo fue crucificado por mí”.

 

George Zeller.

Notas Finales:

 

1 Hablando de los dispensacionalistas, George Ladd, un no-dispensacionalista, dijo ésto: “Es dudoso que haya existido otro grupo de hombres que por medio de la influencia de su predicación, su enseñanza y sus escritos, hayan estimulado más el amor por el estudio de la Biblia, un hambre por una vida cristiana más profunda, una pasión por el evangelismo y un fervor por las misiones en la historia del cristianismo americano” (George Ladd, Preguntas Cruciales acerca del Reino de Dios).

 

2 Los pasajes del Nuevo Testamento que mencionan misterios, revelan verdades que en edades pasadas habían estado escondidas, pero que Dios ahora revela a sus santos. Todos los diferentes misterios del Nuevo Testamento se refieren a varios aspectos de verdades acerca de la Iglesia.

 

3  Habrá otro tiempo, aún futuro, cuando nuevamente será anunciado que el reino del cielo está cerca. Esto sucederá durante el futuro período de la tribulación, cuando el evangelio del reino será nuevamente proclamado (Mateo 24:14). En ese tiempo, el mensaje del Sermón del Monte será otra vez significativo.

 

4  Tengo un amigo misionero que relató un incidente verdadero que ocurrió mientras era un estudiante inconverso. Por alguna razón, un estudiante tenía una Biblia en la cafetería, aunque no era creyente. La mesa estaba rodeada de estudiantes varones, incluyendo a mi amigo. El joven con la Biblia la había abierto en Mateo 5:28 y la estaba mostrando a todos los que estaban alrededor de la mesa. Uno de ellos hizo el siguiente comentario:”Esto nos condena a cada uno de nosotros”. Estaban listos en ese momento para que alguien viniera con el mensaje del evangelio. Sin embargo, no había ningún creyente cerca. Felizmente, uno de esos estudiantes escuchó más tarde el evangelio por medio de un misionero (Donald Fullerton), mientras era estudiante en la Universidad Princeton, y pasó de muerte a vida.