LA DEIDAD DEL HIJO

(ÉL es DIOS)

Un Breve Resumen De Esta Doctrina

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios,

y el Verbo era con Dios” (Juan 1:1)

No cometa un error al respecto. La infalible Palabra de Dios identifica claramente a Jesús como Dios. ÉL es el “gran Dios” (Tito 2:13), el “Dios fuerte” (Isaías 9:6), y “el verdadero Dios” (1 Juan 5:20). A Él se le atribuye plena y absoluta deidad: “el Verbo era Dios” (Juan 1:1). Aunque era judío “según la carne”, ÉL es Aquel “que es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos” (Romanos 9:5).

Conocer a Jesucristo es conocer a Dios (Juan 14:8-9). Ver a Jesucristo es ver a Dios: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Cristo es la “imagen del Dios invisible” (Colosenses 1:15), “el resplandor de su gloria, y la imagen misma de Su sustancia” (Hebreos 1:3). “En ÉL habita corporalmente toda la plenitud de la deidad” (Colosenses 2:9). Todos los hombres deben honrar al Hijo como honran al Padre (Juan 5:23). Honramos al Padre como Dios y debemos honrar al Hijo de la misma manera. El Hijo de Dios no es honrado cuando se niega Su deidad.

Hay muchos testigos de Su deidad. Pedro se refirió a Jesucristo como a Dios (2 Pedro 1:1). (La construcción griega de 2 Pedro 1:1 exige que debemos entender que el término “Dios” no se refiere a Dios el Padre, sino a “nuestro Salvador Jesucristo”. La misma estructura se encuentra en Tito 2:13, donde el “gran Dios” no es otro sino Jesucristo). El apóstol Pablo afirmó su deidad en varios lugares (Tito 2:13; Filipenses 2:6; Romanos 9:5). Isaías identificó al Mesías como Dios (Isaías 7:14; 9:6). Tomás adoró al Señor resucitado dirigiéndose a ÉL con estas palabras, “Mi Señor y mi Dios” (Juan 20:28), y Jesús no lo reprendió por ello. Lo que Tomás dijo era cierto.

Por cuanto Jesús es Dios, ÉL es todo lo que Dios es. ÉL posee completamente todos los atributos de la deidad. ÉL es santo (Lucas 1:35), ÉL es justo (1 Juan 2:1), ÉL es eterno (Miqueas 5:2), Él no cambia (Hebreos 13:8), ÉL es omnipotente (Apocalipsis 1:8 con 22:12-13), ÉL es omnipresente (Mateo 28:20) y ÉL es omnisciente (Juan 2:24-25; 6:64; 16:30). Todo atributo que pertenece al Padre pertenece al Hijo: “todo lo que tiene el Padre es mío” (Juan 16:15).

Por cuanto Jesucristo es Dios, ÉL puede hacer obras que sólo Dios puede hacer. Solo Dios es el Creador, y la Biblia declara que todas las cosas fueron creadas por el Hijo (Juan 1:43; Colosenses 1:16). Sólo Dios puede perdonar pecados, y Jesucristo hizo exactamente eso (Marcos 2:5-7). Sólo Dios contesta las oraciones, y el Señor Jesús dijo, “si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:14). Sólo Dios estará sentado en el trono del juicio final, y las Escrituras identifican a Jesucristo como el Juez supremo de todos los hombres (Juan 5:22, 27).

Por lo general, los cultos niegan la total deidad de Jesucristo. Los teólogos liberales hacen otro tanto. Los corazones incrédulos se niegan a enfrentarse a quién es ÉL realmente.

El término “Dios” (en hebreo-“Elohim”) puede ser aplicado al verdadero Dios (Génesis 1:1) y también a dioses falsos (Éxodo 20:3). El sagrado nombre “Jehová” (escrito con todas las letras mayúsculas como SEÑOR o DIOS en el Antiguo Testamento) es un nombre que no es aplicable  a nadie sino a la Deidad. Se deriva del verbo “ser”, y comunica el hecho que Jehová es Aquel que era, que es y que ha de venir (compare Apocalipsis 1:8). El Señor Mismo es muy celoso en cuanto a Su Nombre y a todo lo que representa, como se puede ver en los dos siguientes pasajes: 1) “Y conozcan que tu nombre es JEHOVÁ; tú solo Altísimo sobre toda la tierra” (Salmo 83:18); 2) “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria” (Isaías 42:8). La mayor evidencia que se puede presentar en cuanto a la deidad de Cristo, es que ÉL debería justamente ser llamado JEHOVÁ.

¿APLICA LA BIBLIA A VECES A JESUCRISTO EL TÉRMINO JEHOVÁ? 

Considere lo siguiente:

1) En Zacarías capítulo 12, JEHOVÁ es Aquel que está hablando (versículos 1, 4). En el versículo 10 Jehová dice, “mirarán a mí, a quien traspasaron”. Esto no puede referirse a nadie más que a Cristo (ver Juan 19:37 y Apocalipsis 1:7).

2) JEHOVÁ declara en el Antiguo Testamento que ÉL es el Primero y el Último (Isaías 44:6). En el Nuevo Testamento se dice que Jesucristo es “el primero y el último” (Apocalipsis 1:8, 11, 17, 18; 22:12-13).

3) En Isaías 6:5 el profeta dijo, “han visto mis ojos al Rey, JEHOVÁ de los ejércitos”. Isaías vio a JEHOVÁ. El apóstol Juan se refirió a este mismo hecho en Juan 12:41, y dejó muy en claro que la Persona que Isaías vio era en efecto Jesucristo: “Isaías dijo esto cuando vio Su gloria, y habló acerca de ÉL (refiriéndose en el contexto a Cristo).

4) En el Salmo 23:1 David declara que JEHOVÁ es el Gran Pastor de las ovejas. El Nuevo Testamento identifica a Jesucristo como el gran Pastor de las ovejas (Hebreos 13:20; Juan 10:11, 14).

5) El Antiguo Testamento se refiere repetidas veces a JEHOVÁ como la Roca de Israel (Deuteronomio 32:3, 4, 18; Salmo 18:2; 62:1-2; etc.). El Nuevo Testamento identifica claramente a esta Roca como Cristo (1 Corintios 10:4).

6) En Isaías 43:10-11 y 45:21 JEHOVÁ declara que ÉL es el único Salvador. No hay otro Salvador fuera de ÉL. En el Nuevo Testamento Pedro dice que Jesús es el único Salvador (Hechos 4:12). En Isaías 45:21-22 JEHOVÁ dice, “mirad a mí y sed salvos. . . y no hay más”. En Juan 3:14-16 se nos dice que miremos al Crucificado para ser salvos.

7) En Isaías 45:21-23 JEHOVÁ dice, “que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua”. Este pasaje de Isaías se aplica a Cristo en Filipenses 2:9-11, Aquel ante quien algún día todos se inclinarán. Toda lengua confesará que Jesucristo es Señor (Filipenses 2:11). (La palabra “Señor” en Filipenses 2:11 es la palabra griega “kurios” que en la Septuaginta (la antigua versión griega del Antiguo Testamento) es consistentemente usada para traducir la palabra hebrea “Jehová”).

8) En Isaías 24:23 y Sofonías 3:15-17 leemos que JEHOVÁ Mismo reinará en Jerusalén durante la edad del reino y que estará en medio de Su pueblo. El Nuevo Testamento identifica claramente a este futuro Rey del milenio como Jesucristo (Apocalipsis 19:11-16; 20:4, 6).

9) En Isaías 40:3 leemos que Juan el Bautista había de preparar el camino para JEHOVÁ. En Marcos 1:1-3 el mismo pasaje es aplicado a Cristo (Juan el Bautista preparaba el camino para Cristo).

10) En Isaías 8:13-14 el profeta establece que JEHOVÁ será “por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer”. En 1 Pedro 2:7-8 estos versículos de Isaías se aplican a Jesucristo.

11) En el Salmo 34:8 somos invitados a “gustar y ver que es bueno JEHOVÁ”. Este pasaje es claramente aludido en 1 Pedro 2:3 que se refiere a la benignidad y bondad de Jesucristo (“si es que habéis gustado la benignidad del Señor”).

12) El Antiguo Testamento promete salvación y liberación a todos los que invocaren el nombre de JEHOVÁ (Joel 2:32 y ver Hechos 2:21). En el Nuevo Testamento se usa este mismo pasaje para presentar una promesa de salvación a todo aquel que invocare el nombre del Señor Jesucristo (Romanos 10:13; Hechos 2:21, 36).

La evidencia mencionada muestra fuera de toda duda que el término JEHOVÁ puede aplicarse con toda justicia a Jesucristo. (Los Testigos de Jehová niegan la deidad de Cristo y enseñan que Jesús es un ángel poderoso que fue creado por Jehová Dios. Sostienen firmemente que el nombre divino JEHOVÁ nunca se usa para Cristo). Por cuanto éste es un término que es aplicable sólo a la Deidad y por cuanto es un término que se puede aplicar legítimamente a Jesucristo, debemos concluir que el Señor Jesús es Jehová Dios. ÉL es el Hijo de Dios (Mateo 16:16), y sí, ÉL es Dios el Hijo (1 Juan 5:20; Hebreos 1:8). A Él sea la gloria y el honor, ahora y para siempre.