La Doctrina Bíblica de la Separación

 

 

 

 

PROPOSICIÓN 1

La base de la separación se encuentra

en la naturaleza y en el carácter de Dios mismo

 

Los serafines que Isaías vio en su visión estaban deslumbrados con un atributo del Señor: “SANTO, SANTO, SANTO, Jehová de los ejércitos” (Isaías 6:3). La palabra hebrea para “santo” (Kadesh) y la palabra griega para “santo” (Hagios) tienen ambas la misma raíz, igual significado  básico—es decir, “apartado, separado”. La palabra “santificar” es una traducción de estas mismas palabras, griega y hebrea, y tienen la misma idea básica. Los ángeles decían literalmente, “SEPARADO, SEPARADO, SEPARADO, Jehová de los ejércitos.”

 

I. Dios es absolutamente separado de todo lo que es terrenal o creado. Esta es una Santidad de Majestad Divina.

 

Estudiar Salmo 99:1-3 e Isaías 57:15. Comparar Isaías 6:1-2.

 

II. Dios está absolutamente separado de todo lo que es moralmente impuro. Esta es una Santidad de Pureza Moral.

 

Estudiar Salmo 99:4-9 y Salmo 24:3-4. Comparar Isaías 6:5.

 

De modo que al estudiar la doctrina de la separación, tenemos que empezar con DIOS Mismo y tenemos que tener siempre presente el hecho de Su deslumbrante santidad y de Su carácter separado: “Sed santos, porque YO SOY SANTO” (1 Pedro 1:16).

 

PROPOSICIÓN 2

Todos los creyentes están posicionalmente separados

 

Todo y cada creyente es un “santo”, una persona separada y apartada para el Dios vivo.

 

Estudiar: Romanos 1:7; 1 Corintios 1:2; Judas 1; 1 Corintios 6:11;

Efesios 1:1; Filipenses 1:1; Colosenses 1:2; 1 Tesalonicenses 4:7;

Hebreos 3:1; 10:10, 14, 29; Colosenses 3:12; 1 Pedro 2:9.

 

 

PROPOSICIÓN 3

Todos y cada uno de los creyentes, habiendo sido separados

posicionalmente para Dios en Cristo, son responsables

de andar y conducirse de una manera digna y

consistente con esa posición y condición.

 

 

Estudiar: 1 Pedro 1:15-16; 1 Tesalonicenses 4:3-4; 2 Timoteo 2:21;

Romanos 6:19; Hebreos 12:14; 2 Corintios 7:1; Tito 2:3

 

 

PROPOSICIÓN 4

La separación bíblica tiene dos aspectos:

1) Separación De;  2) Separación Para.

 

 

 

 

Separación De

 

Pasaje de la Escritura

 

Separación Para

 

El cual nos ha librado DE la potestad de las tinieblas

 

Colosenses 1:13

 

Y trasladado al reino de Su amado Hijo

 

Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia

 

1 Tesalonicenses 4:7

 

Sino a santificación

 

Por lo cual, Salid de en medio De ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo;

 

2 Corintios 6:17-18

 

Y yo es recibiré, y seré a vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso

 

Porque yo Jehová soy santo, y os he apartado DE los pueblos

 

Levítico 20:26

 

Para que seáis míos

 

Limpiémonos DE toda contaminación de carne y de espíritu

 

2 Corintios 7:1

 

Perfeccionando la santidad en el temor de Dios

 

Os convertisteis DE los ídolos a Dios

 

1 Tesalonicenses 1:9

 

para servir al Dios vivo y verdadero

 

Mas ha pasado DE muerte

 

Juan 5:24

 

A vida

 

El que me sigue, no andará en tinieblas

 

Juan 8:12

 

Sino que tendrá la luz de la vida

 

Así también vosotros consideraos muertos al pecado,

 

Romanos 6:11

 

Pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro

 

No os conforméis a este siglo,

 

Romanos 12:2

 

Sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento

 

Aun estando nosotros muertos en pecados

 

Efesios 2:5

 

Nos dio vida juntamente con Cristo

 

Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos

 

Efesios 2:13

 

Habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo

 

Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras

 

 

Colosenses 1:21-22

 

Ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de Él.

 

Para que nosotros, estando muertos a los pecados

 

1 Pedro 2:24

 

Vivamos a la justicia

 

Al que nos amó, y nos lavó DE nuestros pecados con su sangre

 

Apocalipsis 1:5-6

 

Y nos hizo reyes y sacerdotes PARA Dios, su Padre

 

 

 

PROPOSICIÓN 5

Dios ha hecho diferencia entre los salvos y los

inconversos y Dios demanda que esta DIFERENCIA sea

evidente y bien definida—de aquí la necesidad

de separación.

 

La Palabra de Dios clarifica esta diferencia como sigue:

 

 

 

 

 

Inconversos

 

Pasaje de la Escritura

 

Salvos

 

Muerte

 

Juan 5:24

 

Vida

 

Tinieblas

 

Juan 8:12

 

Luz

 

Noche

 

1 Tesalonicenses 5:5

 

Día

 

Perdido

 

Lucas 15:24

 

Hallado

 

Injusticia

 

2 Corintios 6:14

 

Justicia

 

Incrédulo

 

2 Corintios 6:15

 

Creyente

 

Condenación

 

Juan 3:18

 

No condenado

 

Se pierde

 

Juan 3:16

 

Vida eterna

 

Se pierde

 

1 Corintios 1:18

 

Se salvan

 

Muerte para muerte

 

2 Corintios 2:16

 

Vida para vida

 

Hijos del diablo

 

1 Juan 3:10

 

Hijos de Dios

 

 

 

No hay término medio entre los salvos y los inconversos: “Una gran sima está puesta

entre nosotros y vosotros” (Lucas 16:26).

 

Dios demanda en Su Palabra que esta distinción entre salvos e inconversos se mantenga.

 

Estudiar: Levítico 10:10; 11:44, 47; 20:24-26; Deuteronomio 7:6; Ezequiel 22:26; 44:23; Romanos 12:2; 1 Corintios 6:10-11; Efesios 4:17-20; 5:6-7, 8, 11; Colosenses 3:5-10; 1 Tesalonicenses 4:4-5; 5:4-8; Tito 3:2-4; 1 Pedro 1:14; 4:2-4; Judas 19-20.

 

 

PROPOSICIÓN 6

El creyente ha de estar separado, no aislado

 

Estudiar: Juan 17:11, 14-18; 1 Corintios 5:9-10; Hechos 1:8; Filipenses 2:15-16;

2 Corintios 5:20.

 

El creyente está en el mundo pero no es del mundo. La filosofía monástica que dice, “para ser santo tienes que vivir en una cueva” no tiene base en las Escrituras. Los creyentes son extranjeros y peregrinos (1 Pedro 2:11; Hebreos 11:13), y ciudadanos del cielo (Filipenses 3:20; Juan 14:1-3), que tienen el privilegio de representar a Cristo en la tierra (2 Corintios 5:20; Isaías 43:10-12) tal como Él nos representa en el cielo (1 Juan 2:1-2). Al representar a Cristo en el mundo, debemos guardarnos sin mancha del mundo (Santiago 1:27), porque no somos del mundo. El Señor Jesús era nuestro ejemplo perfecto de un hombre “separado de los pecadores” (Hebreos 7:26). Sin embargo, ÉL condenó el aislacionismo de los fariseos (Lucas 5:27-32; 7:29-34; 7:36-50; 15:1-32; 18:9-14; 19:1-10). El creyente en Cristo tiene responsabilidades explícitas hacia todos los hombres al representar a Cristo en el mundo.

 

  1. Debe ser un testigo ante todos los hombres (Hechos 1:8).

 

  1. Debe ser el embajador de Cristo ante todos los hombres (2 Corintios 5:20).

 

  1. Debe predicar el evangelio a todos los hombres (Marcos 16:15).

 

  1. Debe alumbrar como una luz ante todos los hombres (Mateo 5:16; Filipenses 2:15)

 

  1. Debe hacer bien a todos los hombres (Gálatas 6:10; 1 Tesalonicenses 5:15).

 

  1. Debe andar sabiamente ante todos los hombres (Colosenses 4:5; 1 Corintios 10:32).

 

  1. Debe orar por todos los hombres (1 Timoteo 2:1).

 

  1. Debe conducirse honradamente para con todos los hombres (Rom.12:17; 1 Ts. 4:12)

 

  1. Debe vivir en paz con todos los hombres (Romanos 12:18; Hebreos 12:14).

 

  1. Debe dar a conocer su gentileza a todos los hombres (Filipenses 4:5).

 

  1. Debe honrar a todos los hombres (1 Pedro 2:17).

 

  1. Debe tener un buen testimonio ante todos los hombres (1 Timoteo 3:7; 2 Juan 12).

 

 

PROPOSICIÓN 7

Dios manda apartarse de todas las prácticas y

asociaciones mundanas y de los placeres pecaminosos.

 

 

Estudiar: 1 Juan 2:15-17; Santiago 1:27, 4:4; Romanos 12:2; 1 Corintios 6:19-20;

1 Pedro 2:11; Tito 2:11-12; Romanos 13:13-14; Gálatas 5:16; 2 Timoteo 3:1-5.

 

Cuando se trata de prácticas y asociaciones dudosas, el creyente está sujeto a la ley del amor (1 Corintios 8-10; Romanos 14). Es decir, al decidir si algo debe o no debe hacerse, no es suficiente que el creyente actúe según el conocimiento (1 Corintios 8). No es suficiente que el creyente haga preguntas como estas: “¿Es correcto?” “¿Es legal?” “¿Está permitido?” En cambio debe tomar sus decisiones en base a la ley del amor que resultará en considerar preguntas como éstas: “¿Es provechoso?” “¿Es útil?” “¿Será para edificación?” “¿Glorificará a Dios?” “¿Será un obstáculo para mi edificación o para la edificación de otros?” “¿Presentará un testimonio claro ante los perdidos?”

La base escritural para este último grupo de preguntas se puede ver al estudiar versículos como 1 Corintios 8:9; 10:23; 10:31-32; Romanos 14:21; etc.

 

 

PROPOSICIÓN 8

Dios demanda que nos separemos de un

hermano cristiano inmoral.

 

Estudiar: 1 Corintios capítulo 5. Al buscar obedecer a Dios en estas materias

debemos considerar también las enseñanzas de pasajes como Gálatas 6:1;

2 Corintios 2:1-11 y 2 Timoteo 2:24-26.

 

PROPOSICIÓN 9

Dios demanda la separación

de toda apostasía religiosa.

 

Estudiar: 2 Corintios 6:14-7:1 (comparar Deuteronomio 22:9-11, Dios aborrece

las mezclas); Apocalipsis 18:4.

 

Cuando un buey y un asno están bajo un mismo yugo, están comprometidos en un mismo trabajo. Están en “un mismo equipo”, trabajando juntos para lograr metas y objetivos comunes. Los creyentes no deben trabajar juntos, en cooperación con los incrédulos. Ver el ejemplo de Esdras 4:1-5. El Señor Jesús nunca reclutó a incrédulos para llevar adelante la obra de Dios. El jugador de fútbol nunca pensaría en pasarle la pelota a un miembro del equipo opositor.

 

Otros pasajes que demandan la separación de falsos maestros y de apostasía religiosa son lo siguientes:

 

  1. APÁRTENSE DE ELLOS (Romanos 16:17).
  2. DESÉCHALO (Tito 3:10).
  3. NO LO RECIBÁIS (2 Juan 10).
  4. A ÉSTOS EVITA (2 Timoteo 3:5).

[Comparar 2 Timoteo 3:5 con Romanos 1:16 y 1 Corintios 1:24. Significa

negar el evangelio].

  1. SEA ANATEMA (Gálatas 1:8-9).

 

 

PROPOSICIÓN 10

El creyente obediente tiene que separarse de todo

hermano cristiano que consistente y voluntariosamente

desobedece la Palabra de Dios.

 

 

Esto incluye la separación del creyente que desobedece los mandamientos

enumerados bajo la PROPOSICIÓN 9.

 

Estudiar con atención: 2 Tesalonicenses 2:15; 3:6, 14-15. Observe atentamente los cinco mandamientos: 1) señaladlo; 2) apartaos de él; 3) no os juntéis con él; 4) no lo tengáis por enemigo; 5) amonestadle.

 

¿Quiénes son los desordenados? Lea atentamente 2 Tesalonicenses 3:6-15 y tome nota de cada vez que lee la palabra “desordenadamente” (es la misma palabra que se encuentra en 1 Tesalonicenses 5:14, “ociosos”). La palabra griega significa “no guardar el orden, andar fuera de línea, estar fuera de lugar”. Era un término militar que se usaba para los soldados que marchaban fuera de orden (no guardando las filas, quebrando la fila). Se usa para una persona que no cumple con sus deberes y evade sus obligaciones. La palabra significa lo contrario de SUMISIÓN (Efesios 5:21). De modo que esta palabra describe a una persona que no está dispuesta a someterse a la autoridad. El se niega a inclinarse ante la Palabra de Dios y ante Dios Mismo. Se niega a ceder ante la autoridad de quienes están “sobre él” (ver 1 Tesalonicenses 5:12-14).

 

El desorden puede manifestarse de muchas maneras diferentes. En 2 Tesalonicenses 3:11 algunos de los tesalonicenses se negaban a cumplir con su obligación, asignada por Dios, de trabajar con sus manos y ganarse la vida. Pablo les había llamado la atención sobre su responsabilidad (ver 1 Tesalonicenses 4:11).


 

Mientras Pablo estuvo con ellos, él les mandó trabajar (ver última parte de 1 Ts. 4:11).

 

 

Ellos no obedecieron y Pablo tuvo que repetirles lo mismo en su primera carta (ver primera parte de 1 Ts.4:11).

 

Ellos seguían sin obedecer y Pablo tuvo que escribir una segunda carta para tratar el mismo problema (2 Ts. capítulo 3)

 

 

Vemos que estos desordenados eran culpables de desobedecer una claro mandamiento que había sido dado por palabra y por carta.

 

Considere 2 Tesalonicenses 3:6 y compare este versículo con 2 Tesalonicenses 2:15. Estos hermanos desordenados también eran culpables de no atenerse a las doctrinas que les habían sido enseñadas. Si una persona no se atiene a las doctrinas de los apóstoles, está en problemas, porque los apóstoles las recibieron directamente de Dios.

 

Las epístolas a los Tesalonicenses tratan con el problema específico de los creyentes que no trabajaban, pero el término “desordenadamente” no debería ser limitado solo a aquellos creyentes que no trabajan. El término le calza a cualquier creyente que desobedece persistentemente a las enseñanzas que nos han sido transmitidas por los apóstoles y que ahora tenemos en forma escrita en los libros del Nuevo Testamento. Incluye cualquier tipo de persistente desobediencia a los claros mandamientos de Dios que nos fueron dados por medio de los apóstoles.

 

Las medidas que tomen los hermanos de la asamblea local, por severas que éstas sean (2 Tesalonicenses 3:6, 14), tienen por objeto restaurar a esa persona a una sumisa obediencia. Es para ayudarla, no para dañarla. Quiera el Espíritu de Dios darnos a cada uno sabiduría para cumplir con los mandamientos de Dios a la manera de Dios y para la gloria de Dios, teniendo cuidado de no ser piedra de tropiezo para judíos, ni gentiles ni para la iglesia de Dios (1 Corintios 10:32).

 

Lecciones de la Historia de la Iglesia

 

La historia de la iglesia a probado una y otra vez que la separación es la única solución contra la apostasía. no hay un solo ejemplo en toda la historia de la iglesia en que una denominación se ha apartado de la Palabra de Dios y que luego, un tiempo después, halla regresado a una posición bíblica sólida. Es triste pero cierto, que la única respuesta efectiva es salir de en medio de ella y separarse.

 

El Dr. John Whitcomb lo ha dicho de esta manera:

 

La única posibilidad de preservar Su verdad es separarla de todas las formas de error y compromiso. La negativa de reconocer este hecho fundamental es la fatal equivocación del ecumenismo eclesiástico moderno en todas sus formas, incluso el ecumenismo evangélico. La verdad no puede ser preservada mediante el compromiso y el compromiso no puede evitarse sin la separación. Esta es una fórmula que el pueblo de Dios ha descubierto a través de los siglos de triste experiencia con la debilidad de la naturaleza humana caída en presencia del “dios de este siglo”, y, especialmente, por la explícita enseñanza de la Palabra de Dios (Christ, Our Pattern and Plan, p.14).

 

F. B. Meyer ha dicho,

 

No hay un solo héroe o santo, cuyo nombre brilla en la páginas inspiradas, que cambiara sus tiempos desde adentro. Todos, sin excepción, han elevado su voz, “Salgamos fuera del campamento”; y se han unido a la constante corriente de los mártires, confesores, profetas y santos, de los cuales el mundo no era digno, pero que pueden trazar parentesco a Aquel  de quien está escrito que “ÉL padeció fuera del real.”

 

El Dr. G. Cambell Morgan también habló de la urgente necesidad de separación:

 

Hay una tolerancia que es traición. Hay una paz que acaba en parálisis. Hay momentos en que la iglesia tiene que decir NO a quienes buscan la comunión con ella, para hacer su obra, en base al compromiso. Mantenerse apartado puede producir ostracismo y persecución, pero mantendrá el poder y la influencia. Si la Iglesia de Dios en las ciudades de hoy se mantuviera separada de los preceptos del mundo, apartada de las filosofías materialistas de las escuelas, manteniendo su testimonio de la todo-suficiencia de Cristo, y de la perfección de Su salvación, aunque perseguida, aislada y golpeada, a ella se volverían los hombres en su hora de aflicción y tristeza y necesidad nacional. La razón por la cual los hombres no buscan hoy a la iglesia, es porque ella ha destruido con su compromiso su propia influencia.

 

* * * * * * * * *

--George Zeller (1975)

 

Para ayudar a entender cómo vivir la vida cristiana apartada y separada para el Señor, considere varios estudios sobre Cómo vivir la Vida Cristiana.

 

 

Lo siguiente ha sido tomado de un estudio escrito por el misionero Robert Lawton que por muchos años ha estado evangelizando y entrenando a estudiantes internacionales en las universidades.

 

 

Examinaremos la doctrina de la separación dentro del marco de los cuatro aspectos de la vida nombrados en Lucas 2:52—“Y Jesús crecía en sabiduría (mental) y en estatura (física), y en gracia para con Dios (espiritual) y los hombres (social).” El siguiente diagrama puede ser de ayuda (ha sido tomado de The Four Aspects of Life, de Robert Ramey, “The Philosophy of Christ’s Life, Grace Theological Seminary”).

 

 


La Separación
en la Vida Mental del Cristiano

 

Pensamientos

 

La práctica de la piedad tiene que empezar con los pensamientos del cristiano, “Porque cual es  su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7). La separación en la esfera de los pensamientos, es particularmente importante, porque el cristiano posee dos naturalezas: dos inclinaciones que están continuamente luchando entre ellas para controlar al creyente (Gálatas 5:17). Si el creyente ha de “andar en el Espíritu”, tiene que reconocer los deseos del Espíritu. Para facilitar la diferenciación, Pablo ha dado al creyente una lista de ejemplos objetivos para distinguir los deseos de la carne de los deseos del Espíritu (ver Gálatas 5:19-23). Al meditar sobre esta lista, el cristiano podrá discernir sin dificultad entre los deseos de su vieja naturaleza y los del Espíritu Santo y, al obedecer Sus deseos, será controlado por el Espíritu.

 

Lectura y otras actividades

 

Cuando el cristiano se da cuenta de que aún tiene su vieja naturaleza, como si fuera una bestia enjaulada tratando de salir, él debería ser cuidadoso con la clase de pensamientos que él permite entrar. El cristiano tiene que distinguir entre lo que alimenta la carne y lo que alimenta su nueva naturaleza en cuanto a las cosas que él permite entrar por medio de sus ojos y oídos. David falló al no volver su cabeza al primer vistazo de Betsabé, y pagó las consecuencias. Un discernimiento y reacción instantáneos son obligatorios para el cristiano que vive en un mundo donde las mujeres modestas se visten como las prostitutas de diez años atrás.

 

Actitudes

 

Para agradar al Señor, las cosas correctas tienen que hacerse de manera correcta. Israel servía al Señor, y sin embargo, ÉL dijo:

 

Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare Jehová contra ti” (Deuteronomio 28:47-48).

 

El cristiano tiene que ser extremadamente cuidadoso en la elección de las actitudes que manifiesta. Tiene que apartarse tanto de las malas actitudes como de las malas acciones. Como dijo el Apóstol Pablo:

 

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia, Antes bien, sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo (Efesios 4:31-32).

 

El verdadero cristiano será entonces un separatista fanático en cuanto a sus propias actitudes.

 

 

La Separación en la Vida Física del Cristiano

 

Vestimenta

 

La apariencia exterior del cristiano era materia de preocupación para el Apóstol Pablo, particularmente en el caso de la mujer cristiana, para la cual él prescribe ciertos lineamientos: “Asimismo que las mujeres se atavíen con ropa decorosa…” (1 Timoteo 2:9). Modestia en el vestir, especialmente en el día de hoy, requiere de cuidadosa discriminación. El cristiano no debe conformarse a las pautas sensuales del mundo, y tiene que dejar de lado la mayoría de las modas de hoy. Al mismo tiempo, el cristiano debe mostrar buen gusto en la ropa que viste, y no llamar la atención sobre sí mismo, sin ser extremista en ningún sentido. El Pastor George F. Parsons ha señalado el siguiente principio:

 

Siempre cuando yo oiga o vea un nuevo estilo o una nueva manera de vestir o una nueva manera de decir las cosas, trataré de ver si representa la verdad o el  error. Veré si está de acuerdo o no está de acuerdo con la Palabra de Dios y con los caminos de Dios. Veré si revela o confunde y oculta la Persona de Dios y la Palabra de Dios. Veré si mezcla la verdad con el error. Que nada distraiga el mensaje que quiero presentar: “Yo pertenezco al Hijo de Dios que me amó y se entregó a Sí Mismo por mí.”

 

Contacto Físico

 

El cristiano por cierto tiene que ser extremadamente discriminatorio cuando se trata de tocar a alguien. Es indiscutible una separación absoluta para cristianos solteros de sexos opuestos. Esto es particularmente imprescindible para el obrero cristiano:

 

Un ministro, especialmente si es joven, que pone sus manos, aunque sea sin mala intención, sobre una mujer, particularmente si es una joven, es, para decirlo con

suavidad, un necio total (Homer A. Kent, Sr., The Pastor and His Work, p.57).

 

El cristiano tiene que mantenerse separado también en este sentido.

 

Entretenimiento

 

Aunque la recreación y el ejercicio adecuados son necesarios para el cristiano, el cristiano tiene que usar de discernimiento para las actividades en las que se ocupa en sus tiempos de ocio. El cristiano debe separarse de “las diversiones mundanas y de costumbres viciadas que ensucian la mente y el cuerpo.” Recientemente, un predicador dio un método práctico para decidir acerca de cosas dudosas:

 

Cualquier cosa que empaña mi visión de Cristo o disminuye mi gusto por el estudio

bíblico, o entorpece mi vida de oración o dificulta la obra cristiana, es mala para mí y

como cristiano debo alejarme de ello (citado por el Dr. David Nettleton, Nov.27, 1973).

 

“Alejarse de algo”, es separación: estamos comenzando a ver en algo el alcance de esta materia.

 

Conversación

 

La discriminación también debe estar a la orden en el uso de la lengua del cristiano. El hijo de Dios no debe transmitir todo pensamiento que viene a su mente. Pablo clarifica:

 

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la

necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes (Efesios 4:29).

 

De modo que el cristiano debe ser drásticamente selectivo en la elección de sus palabras. No solo debe dejar de lado toda vulgaridad en su hablar, sino positivamente, sus palabras han de ser una bendición para sus oyentes.

 

La Separación en la Vida Social del Cristiano

 

Amistades

 

Aunque el cristiano debe mostrar amor genuino por toda la humanidad, la Palabra de Dios indica que el creyente debe discriminar en la elección de sus amistades íntimas (ver Salmo 119:63). Salomón dijo que, “El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios, será quebrantado” (Proverbios 13:20). También el Apóstol Pablo observa, “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33). Como ha indicado el Dr. John Whitcomb, “siendo iguales todas las cosas, las manzanas podridas echan a perder las manzanas buenas y las manzanas buenas no mejoran las manzanas malas.” De modo que, aunque el cristiano debe ser cordial con todos, especialmente con los de la misma fe preciosa, sin embargo debe ser selectivo en su elección de amigos íntimos. La mejor manera de hacer ésto, por supuesto, es tener los intereses correctos y permitir que nuestros intereses determinen nuestras amistades.

 

Galanteo

 

Si hay algún área en que la falta de separación ha causado mucha angustia, ésto es en la esfera del idilio. Cuántas veces hemos oído historias de un cristiano que sale con un no cristiano con el objeto de dar testimonio, terminando en un matrimonio no escritural (y generalmente desastroso).

Sin embargo, la práctica de cristianos saliendo con no cristianos continúa. Puesto que ciertamente no es la voluntad de Dios que un hijo de Dios se case con un inconverso (2 Corintios 6:14, “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”), uno no puede hacer otra cosa que insistir en la total separación de cristianos y no cristianos en cuanto a salir juntos.

 

Profesión

 

Como ha dicho el Dr. C. F. Yoder (God’s Means of Grace, p.468), “En el trabajo, el cristiano debe recordar que Dios es su socio mayoritario.” Por lo cual, el cristiano debería evitar asociarse con incrédulos. Más aún, el hombre de negocios cristiano tiene que ser selectivo en los métodos que emplea en sus negocios. Las prácticas deshonestas que son usuales en muchas empresas deben ser dejadas de lado por el cristiano en el mundo de los negocios.

 

 

La Separación en la Vida Espiritual del Cristiano

 

La Vida Devocional Privada

 

Para que los sacerdotes levíticos pudieran entrar en el Lugar Santísimo, ellos mismos tenían que ser santos. El cristiano, entonces, debería discriminar en sus propias actividades devocionales. Esto se aplicaría, por ejemplo, a la versión de la Biblia que lee. Pedro dice, “desead la leche espiritual no adulterada” (1 Pedro 2:2). Una paráfrasis de la Biblia puede ser ocasionalmente buena como comparación, pero no debe ser el alimento diario para el alma del cristiano. La vida de oración también debería ser purgada de todo lo que sea inadecuado en la presencia de Dios. El cristiano, especialmente el cristiano joven, debe hacer una distinción entre hablar al Señor de los Ejércitos y divagar con su compañero de cuarto.

 

Compañerismo con Otros Cristianos

 

El Apóstol Juan dice, “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos” (1 Juan 3:14). Cuando un cristiano se goza de la comunión con otros creyentes verdaderos, esto le otorga una bendita seguridad de que realmente es salvo. Sin embargo, la Palabra de Dios enseña con claridad de que hay veces en que el creyente obediente tiene que apartarse de tener comunión con un cristiano desobediente. Esto es cierto en el caso de un hermano que vive en pecado. Como Pablo escribió a los corintios:

 

Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aún

comáis (1 Corintios 5:11).

 

Sin embargo, esto también es cierto en el caso de un hermano que enseña error doctrinal o que no obedece a la verdad:

Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os

apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza

que recibisteis de nosotros….Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de

esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence (2 Tesalonicenses 3:6,14).

 

Esta instrucción parece una medicina difícil de tragar, pero, como lo señala el Apóstol, lo correcto es que el hermano que está en error se examine a sí mismo y se aparte del error.

 

La Iglesia

 

Si un cristiano debe separarse de individuos que sostienen y enseñan errores doctrinales, ciertamente debe separarse de asambleas que tienen ese mismo problema. Abandonar una iglesia muy querida que ha caído en el error no es fácil, pero puede remediar el problema. En todo caso, no es ético permanecer en la iglesia y enseñar una posición doctrinal que es contraria a la que mantiene la asamblea. En tal caso el cristiano tiene que retirarse y orar para que Dios abra los ojos a esa congregación.

 

 

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